Muere a los 79 años el pintor mexicano Francisco Toledo, uno de los mayores artistas del país
Francisco Toledo, en 2015.
El pintor mexicano Francisco Toledo, uno de los artistas más reconocidos de México y con una obra que puso a su estado natal, Oaxaca, en el centro de la cultura nacional de su país, murió este jueves a los 79 años de edad.
“El arte está de luto. Ha fallecido el maestro Francisco Toledo, oaxaqueño, gran pintor y extraordinario promotor cultural, auténtico defensor de la naturaleza, las costumbres y las tradiciones de nuestro pueblo. Descanse en Paz”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en su cuenta de Twitter.
El gobernador del estado de Oaxaca, sur de México, Alejandro Murat, escribió en la misma red social que “Oaxaca está de luto por la pérdida de un artista universal: Francisco Toledo. Nos deja como legado su magnífica obra, su pasión por nuestro estado y su espléndida calidad humana”.
Raíces en Oaxaca
Su obra está profundamente arraigada en Oaxaca, un estado de raíces prehispánicas que están presentes en toda su extensa obra al igual que su fuerte preocupación por su cultura.
Por ello, fundó varias instituciones en su estado como el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax) y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
A Toledo, que nació en Juchitán (Oaxaca) el 17 de julio de 1940, se le reconoce como un artista polifacético por sus trabajos en acuarela, al óleo, el gouché y el fresco, además de sus incursiones o en la litografía, la cerámica y la escultura en piedra, madera y cera.
El padre del artista, Francisco López Orozco, fue un dependiente de comercio y su madre, Florencia Toledo Nolasco, era de una familia de matarifes.
El pintor ahora fallecido fue el cuarto de siete hijos y siendo un niño mostró especiales habilidades para el dibujo que fueron alentadas por su padre, quien entregó las paredes de su casa a la ola creativa de su vástago.
La imaginación infantil del artista también se alimentó de su abuelo paterno, Benjamín, un zapatero de Ixtepec que lo llevaba en salidas campestres en busca de resina vegetal mientras le relataba historias de seres fantásticos.
Obra universal
Llegó a la Ciudad de México para estudiar el taller de grabado en la Escuela de Diseños y Artesanías. Ya con 19 años de edad, expuso sus obras tanto en su país como en Texas (EE UU), en Fort Worth.
Su vida de becario en París entre 1960 y 1965 dio frutos en una galería de esa ciudad francesa; expuso también en Toulouse, en Londres y en Nueva York. Francia celebró su desarrollo de lo mítico y su sentido sagrado de la vida.
En París conoció a sus compatriotas el poeta Octavio Paz y el también pintor Rufino Tamayo, estudio con el pintor británico Stanley Hayter.
Estableció la empresa Ediciones Toledo, el IAGO y el Taller de Arte Papel Oaxaca; fue creador del Centro de las Artes San Agustín.
Entre los reconocimientos que recibió destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1998; el Premio Príncipe Claus en 2000, y el Premio Right Livelihood en 2005.
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